jueves, 29 de octubre de 2009

Del corazón


Hace un par días que estoy pensando que es lo que nos determina para dejar entrar a alguien a nuestra vida: un gesto, una palabra, una corazonada, un guiño… Que es lo que nos da un ok para dejar pasar a dar una vuelta por nuestras vidas y hasta que lugares podrá ir?
Desnudar el alma, de eso se trata todo esto, que es lo que nos hace sentir que debemos mostrar, ¿ser vulnerables y auténticos, dejar entrever nuestros miedos y peores defectos? …parte de uno o de los demás, es lo que yo creo o lo que el otro me hace sentir para que yo decida abrirle la puerta de mi vida?!.
Cada día me alejo mas de la idea de lo vulgar, lo convencional, lo conocido y a la vez hasta superficial… me despojo lentamente de los prejuicios tratando de entenderme y a la vez entender un poco al resto.
Que es lo que cuento de mi, que es lo que quiero dar a entender y donde esta lo real?
Simulando, disimulo! Algo nos hace creer que los demás quieren conocernos, pero sin mochilas! Entonces, que es lo que deben saber de mi? Que significaría brindarse al otro, lo contrario a mostrarse tal cual uno es, ser lo que soy hasta donde a el otro le agrada y dejar de lado lo que resulta irrelevante, lo fatídico: ser uno, integro.
En la densidad es donde descubrimos al otro. Aquello que buscamos, es justamente lo que no podemos dar a los demás, o lo que aunque nos cueste tratamos de dar para que los demás nos imiten y de esta manera encontrar lo que anhelamos.
Porque a veces nos empeñamos en dar espacios y tiempos a quienes no nos valoran realmente, sino que hacen de nosotros un ser utilitario, que momentáneamente saciara sus necesidades, para luego poder sentirse mejor con ellos mismos. Hasta donde dejamos que nos conozcan los demás, que es lo que mostramos lo peor o lo mejor? Instintivamente diría que lo mejor, pero muchas veces en un afán de reafirmar mi idea de que el mundo esta patas para arriba, que lo esencial se desfigura y donde prima lo exterior, lo tangible y conocido, descubro diferentes facetas mias y provoco situaciones para demostrarme que no estoy tan equivocada. Que el camino corto y seguro, siempre es el que toma la mayoría, que la gente a perdido los sueños, que lo ideal seria absurdo y que los riesgos son para los crédulos, los positivos. Lo difícil, el entendimiento del otro: lleva tiempo, ganas, dedicación, cosas pasadas de moda, para los tiempos que corren… donde cada uno busca tareas para ocuparse de estar ocupado. Lo pensado se torna inevitablemente torcido, lleno de moralismos que nos inculcaron y que sin querer pretendemos dejar de lado… vivir, sentir los momentos. Si el deseo ansía consumir, el amor ansía poseer; si el deseo es autodestructivo, el amor se autoperpetúa. El amor es una red arrojada sobre la eternidad, el deseo es una estratagema para evitarse el trabajo de urdir esa red. Después del deseo llega el momento de disponer de los “ desechos”, el jubilo de la satisfacción se ve condenado a desaparecer una vez que la tarea se ha realizado. Por otro lado el amor, es el anhelo de querer y perseverar el objeto querido; un impulso centrífugo, ha diferencia del centrípeto deseo. Un impulso a la expansión.
A veces creo que pensar nos hace infelices y cómplices de la realidad que vivimos, pero como evitarlo? Sería fácil con algunos pocos minutos de distracción: que nos distrae y pone nuestra atención fuera de lo que estabamos entretejiendo en nuestras mentes: definitivamente lo entretenido.
Decir, hacer, creer, desdecirse, bloquearse, muchas veces resulta necesario para tapar lo que en realidad nos sostiene. Buscar eso mismo que queremos se ha vuelto obsoleto, la vida es veloz, y es solo una, entonces que? Conformarse? Todos somos participes de un conformismo social, donde prima lo del otro y lo de uno, donde convergen todos los intereses en una malgama de apariencias, porque lo autentico quedo atrás, sería insostenible, caería por si mismo, irrelevante por demas.
Inmersos en una realidad que no seria mas que una ironia dramática del teatro inglés, donde ya no existen antagonismo de ninguna clase, sino que nosotros mismos creamos nuestra propia resistencia, y por la cual recibimos esa misma resistencia de las mas diversas formas imaginables y hasta inimaginables.
Para decepción de muchos, que piensan como yo, que aun creen en la gente, en la palabra, en mirar a los ojos, en decir lo que uno piensa, en lo que significa sentir y en hacer sentir a otro, en dar la vuelta de pagina y si es necesario volver a empezar…siempre hay un nuevo comienzo, seguramente cueste y la busqueda con el tiempo se torne inalcanzable, pero siempre es posible, siempre.
Siempre hay un lugar por los soñadores, quizás hasta tontos esperanzados, ahí es donde dos almas convergiran sin necesidad de los artilugios mandantes.
La magia de lo inesperado.

8 comentarios:

Jámet V dijo...

.ooo esta es la diferencia de la q te hablaba, en escribir por escribir y hacerlo por necesidad, la hoja es un puerto, la verdad se nos revela sola a traves de las mano, fluye como agua, ahi esta, muy lindo ..
por cierto, es dificil conocer a otro, puesto q uno nunca - nunca nunca - termina de conocerse a si mismo, la forma mas sencilla de percibir al otro es en sus miserias, en sus oscuro, pq el hombre no ha aprendido todavia a disimularlos, las mascaras que tejemos para nuestros miedos son fragiles, no asi con las virtudes .. es cuestion de naturaleza .. bajemos las guardia, para conocernos.

Anónimo dijo...

Me gusto mucho la pagina y el diseño, todo lo q decis es muy puro, segui asi

Anónimo dijo...

Antonimos, sujeto y predicado de la vida cotidiana, de la mistica revelacion. como dije, la FLOR de la palabra... Lalo Alvarez

Anónimo dijo...

Más que bitácora, suena a catársis. Y creo que está bueno poder encontrar la manera de dejar salir aquello que uno quiere decir y que muchas veces calla .
Uno suele callar por muchos motivos: por la mirada ajena y acusadora, por no parecer un loco perdido, por seguir simulando que uno es una especie de súper héroe (o heroína) que todo lo puede y a quien nada lo afecta, etc. Podría estar hasta mañana nombrando diferentes motivos para callar, pero no...
Al fin de cuentas, yo sí voy a callar esta vez. Por qué? Porque quizás tampoco sé hasta dónde mostrar. Porque quizás tampoco sé hasta dónde contar o siquiera qué contar y que no. Porque quizás no quiera mostrarme con toda esa mochila o bagaje de cosas, de experiencias, de sentimientos. Con toda mi vida a cuestas. Y por hoy voy a preferir solamente mostrarme así, y esconderme detrás de tu relato. Y sentirme identificado hasta la médula. O no.

LOL dijo...

Jámet V, comprendo a la perfección, a veces las palabras no hacen más que volar, se dejan llevar como el pincel de un pintor.

Anónimo gracias y bienvenido.

Lalo, mística revelación y a su vez realidad, que dicotomia.Gracias y espero verte seguido por aca.

Anónimo a veces somos precisamente aquello que callamos.Pensalo.
Y si es como hacer terapia esto para mi, gracias a todos por pasar.

Virginia Prieto dijo...

devolviendo la visita y debo decir que escribís sensacional!
todo lo que decís es verdad y se nota que no te callas nada

me gusta mucho

te sigo
beso
:)

LOL dijo...

Vir: es un halago q te guste lo que hago. Y si, me descubriste no tengo pelos en la lengua. Gracias.

LOL dijo...

Vir: es un halago q te guste lo que hago. Y si, me descubriste no tengo pelos en la lengua. Gracias.

 
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